Las capillas se rehicieron de nuevo cuño, como esta del Rosario, con preciosa talla de la Virgen y también de San Antonio María Claret. La Dormición de la Virgen es deliciosa, así como otra segunda imagen del Rosario con la Batalla de Lepanto representada detrás. Y a ambos lados, las apriciones de Fátima y de Lourdes. Un lugar muy evocador, donde pudimos rezar el Santo Rosario un par de veces.
Los mártires no son olvidados. Aquí está la capilla dedicada al presbítero Juan Huguet, joven párroco de Ferrerías, que fue martirizado en 1936 con 23 años.
Una lámina explica las circunstancias de la muerte del Padre Juan Huguet. Otra se ocupa de un capuchino del pueblo también mártir, pero en Barcelona.
Esta modesta iglesia tiene el honor de contar con dos mártires
En otro lugar de Ciudadela recuerdan a las carmelitas mártires misioneras, cuatro de las cuales perecieron "per odium fidei" en la carretera de la Rabassada, a las afueras de Barcelona, subiendo hacia el Tibidabo.
Todas las imágenes pueden agrandarse pinchando sobre ellas.
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