Recensión
“El último Papa”, de Malachi Martin, S.J.
Fue publicado
en español por Editorial Planeta en 1.998. Otros libros del mismo tenor y autor
son: el Vaticano, El Último Cónclave, El Rehén del Diablo, Las llaves de esta
sangre, La casa azotada por los vientos y Los Jesuitas.
El antiguo
jesuita, pues renunció a sus votos en 1964 y se secularizó, parece muy
familiarizado con los ámbitos internos de la Iglesia, aunque cabe preguntarse
hasta qué punto conservaba sus fuentes de información 30 años después, cuando
novela este libro.
Poseído de
un pesimismo atroz, Malachi Martin presenta una Iglesia que se hubiera
subvertido y llegado a una crisis tal que se habría convertido en una
anti-iglesia dominada por Satanás. Las misas, los sacramentos, la sucesión
apostólica y la validez del sacerdocio quedan cuestionados. Ya no llega la
Gracia a los fieles, sino en restringidos lugares mediante unos pocos curas
rebeldes y perseguidos.
Toda esa
crisis habría sido provocada por una ceremonia satanista que habría tenido
lugar simultáneamente en un lugar de los Estados Unidos y en la Capilla de San
Pablo del Vaticano, mediante conexión telefónica.
El Papa, el
último Papa, aparece como un gran geostratega que se resiste al aparato de
dominación mundial, pero que coopera con el mismo para no enfrentarse
abiertamente, mientras lo espera todo de una intervención sobrenatural de la
Virgen de Fátima que arreglará el caos.
El último
Papa está aislado, con escasísimos colaboradores, frente a una red eclesial
imbuida de mundialismo, satanismo, homosexualidad y pederastia que maneja el día
a día de la iglesia y que además conspira para hacerle dimitir y colocar en su
lugar a otro más imbuido de los principios de la red mundialista.
El tozudo
irlandés mostró en varias entrevistas que su entramado novelístico no lo
consideraba una ficción, sino una historia novelada que reflejaba fielmente la
realidad. Veamos algunas de sus afirmaciones.
Pregunta. Su libro empieza con una vívida descripción de una “Misa Negra”
sacrílega celebrada en 1963 en Charleston, Carolina del Sur. ¿Ocurrió eso realmente?
Respuesta. Sí, sucedió. Y también es un hecho que participaron altos cargos
eclesiásticos del Vaticano por teléfono. La mujer joven forzada en el ritual
satánico aún vive, y felizmente ha sido capaz de casarse y de llevar una vida
normal. Ella dio los detalles del suceso.
Respuesta. Sí, entre los cardenales y la jerarquía hay satanistas,
homosexuales, anti-papistas, y cooperadores para conseguir un gobierno mundial.
Pregunta. ¿Hay tanta intriga y deslealtad en el Vaticano como su libro parece
indicar?
Respuesta. Hay más de la que he suministrado en el libro. El Papa está rodeado
de hombres con atuendo clerical que no tienen la fe Católica; trabajan con
fundaciones, organizaciones, grupos internacionales, instituciones financieras,
gobiernos, universidades, y otras agencias para traer un nuevo orden mundial.
Pregunta. En su libro usted dice que influencias subversivas en las posiciones
clericales más elevadas de la Iglesia están trabajando para traer un nuevo
orden mundial. ¿Qué quiere usted decir con “nuevo orden mundial?”.
Respuesta. En su forma completamente planeada, habrá una globalización
monetaria, y el flujo de capital y mercancías será gestionado por una entidad
central única, como el Banco de Compensaciones Internacionales de Suiza. Cualquier
nación que no se
someta al sistema globalizado perecerá. Adicionalmente, habrá unas Naciones
Unidas expandidas que extenderá su nueva estructura ética, ya capitaneada por
Mikhail Gorbachev y Maurice Strong. Esto reemplazará a los Diez Mandamientos y
será la base de una nueva religión universal sin Dios. Todos los Cristianos,
sobre todo los Católicos, serán forzados a soportar un martirio en el que se
les requerirá abandonar todo lo que crean, serán presionados a que acepten la
nueva forma del estado con su nueva religión. Este nuevo orden mundial no estará centrado en
un grupo de edificios desde los que los emisarios saldrán a dar órdenes al
mundo. Habrá legislaciones nacionales, pero los gobiernos del mundo estarán
dirigidos por quienes estén en la cima.
Pregunta. ¿Qué quiere decir con la “cima”?.
Respuesta. La fuerza que subyace y de la que he escrito en Windswept House se
estructura como en una pirámide. Es ancha en la base, donde muchos individuos
persiguen sus intereses y esperan ser elevados a posiciones superiores. Hay
cada vez menos habitantes a medida que se asciende en la estructura. Solo unos
pocos llegan al último nivel de mando, la cima de la pirámide. Estos individuos
no tienen ninguna lealtad a las naciones de las que proceden; son un nuevo tipo
de ser humano, internacionalistas que buscan controlar a la humanidad. No
tienen un Dios,
pero colectivamente, pretenden usar la religión, los gobiernos, y cualquier
cosa que encuentran útil para imponer su voluntad. Por ejemplo, opino, que la
URSS no se
desintegró de forma natural, sino que colapsó por una orden premeditada. Esas
órdenes vinieron de la cima.
Pregunta. ¿Prevé usted represión física en este nuevo orden mundial?
Respuesta. Sí, aunque de un nuevo tipo. Las fuerzas determinadas a conseguir el
poder total ciertamente crearán campos de detención, pero los individuos
enviados a ellos serán siempre víctimas de procedimientos completamente
legales; serán declarados culpables de romper la ley.
Pregunta. ¿Es la Iglesia Católica un mayor objetivo que otras iglesias?
Respuesta. Sí, porque es una organización internacional independiente a la que no se le puede permitir que exista
como competidor. La Iglesia Católica tiene su propio cuerpo diplomático de
embajadores destinados en las naciones industrializadas del mundo. Hay 180
naciones que han enviado embajadores al Vaticano. Ninguna otra iglesia atrae
tanta atención. Los que trabajan para el nuevo orden mundial deben controlar
esta organización única. El proceso que utilizan para conseguir esto se
describe en Windswept House. En el libro escribo, “la Iglesia es el sine qua
non para la llegada del nuevo orden mundial.”
Pregunta. ¿Usted ha descrito lo que sería prácticamente una total
desintegración de la Iglesia Católica que incluye una negativa por parte de los
líderes de la Iglesia para expulsar a los herejes y teólogos apóstatas, detener
la falsa anulación de matrimonio, expulsar a los homosexuales, forzar a los
obispos a que se adhieran a las leyes y dogmas de la iglesia, etc . En un libro anterior, usted
excusa al Papa por no tomar medidas para poner fin a estos abusos, aludiendo a
que había buenas razones para su sorprendente tolerancia. Ahora, sin embargo,
ha adoptado una actitud mucho más dura que ya no ofrece excusas por su inacción.
¿Por qué la nueva actitud?
Respuesta. Es demasiado tarde para tratar de encontrar excusas. El Papa debe
utilizar su autoridad para salvar a la Iglesia de sus enemigos internos. El
problema dentro de la Iglesia de hoy es la apostasía, el haberse apartado de
los dogmas fundamentales, especialmente por aquellos que ocupan altos puestos.
Esto no es lo mismo que la herejía y el cisma. Los apóstatas deberían ser
expulsados. Cuando se les permite seguir dentro, el pueblo poco a poco cae en
la misma apostasía.
Esa es la
Iglesia que veía el secularizado jesuita, el irlandés Malachi Martin. No me
resisto a traer aquí unas expresiones que supuestamente obedecerían a la visión
que Juan Pablo II tendría de Mijail Gorbachov.
Lo que el mundo jamás llegará a saber, que ahora el
señor Gorbachov recibe financiación en dólares norteamericanos. Depende
enteramente de sus amos. Se desplaza en sus aviones a reacción. Viaja en sus
limusinas blindadas. Recauda fondos en
sus funciones. Va de vacaciones a sus balnearios y lugares
predilectos. Es el protegido, el niño, la marioneta, el obediente servidor de
los macrodirectores y el querido de los maestros ingenieros.
»Siempre he mantenido un vínculo con él. Ha sido una
forma útil de saber lo que en realidad nosha estado ocurriendo a todos desde
1989. Pero ninguno de nosotros alberga ninguna ilusión respecto a él o a sus
objetivos. A nivel personal, sigue
siendo ateo y materialista convencido. A nivel sociopolítico, sigue siendo un
craso marxista. Y a nivel moral, es indistinguible de un oso polar. Mijaíl
Gorbachov no tiene misericordia, piedad ni compasión de nadie en este mundo, yo
incluido. ¿Hablo con suficiente claridad, señor Appleyard?
¿Opinión de
Karol Wojtyla u opinión de Malachi Martin?
Pero la
verdad no se
corresponde con la visión catastrofista del libro. En primer lugar, ¿cómo es
posible que una ceremonia de unos
chalados pueda cegar las fuentes
de la salvación, la Gracia misma? ¿es que Satanás tiene más
poder que el mismo Dios y una Misa negra valdría más que el mismo Sacrificio
del Calvario, que se repite incruentamente en más de 400.000 misas diarias por
todo el orbe? Es un verdadero disparate.
En segundo
lugar, tanto y tanto hablar de la Virgen de Fátima y no se entera de lo que sucede y de
cómo se han cumplido las profecías de Fátima. Como los judíos, tanto esperar al
Mesías y no se
quisieron enterar cuando llegó.
Precisamente
en este libro habla de los acontecimientos de 1991 en Moscú, pero no sabe
verlos ni entenderlos. No sabe entender, y no es el único, que el 13 de mayo de
1981, día de Nuestra Señora de Fátima, el Papa sufrió un atentado y que no
murió por la intervención sobrenatural de la Madre de Dios. Que Juan Pablo II
realizó la consagración del mundo a Nuestra Señora, ante una imagen de Fátima,
el 25 de marzo de 1984 y mandó a todos los Obispos del mundo que hicieran lo
propio, lo que así sucedió. Y que el 13 de mayo de 1984, día de Fátima, estalló
el gran arsenal militar de Murmansk, con armas nucleares incluidas, destinado a
la invasión de Europa Occidental. Que a partir de ahí se sucedieron grandes
acontecimientos, siempre remarcados por su coincidencia con festividades
religiosas especiales y que sería largo describir ahora, pero que culminan con
dos fechas definitivas:
-
El
9 de Noviembre de 1989 cae el Muro de Berlín. En la Festividad de la Virgen de
la Almudena, Patrona de Madrid, capital de España, primera nación en vencer al
comunismo en guerra abierta. Y que es una Virgen encontrada en un Muro que se
derrumbó.
-
El
22 de agosto de 1991, tras el asalto armado de los partidarios de Yeltsin al
Parlamento dominado por los comunistas, es ilegalizado el Partido Comunista, se arría la bandera roja con
la hoz y el martillo y se
restituye la bandera tricolor de los zares, desapareciendo
para siempre la Unión Soviética. En el calendario litúrgico actual es “María
Reina”. En el antiguo, el Inmaculado Corazón de María. Y lo que Ella dijo fue:
“Por fin, mi Corazón Inmaculado triunfará”.
Triunfará
sobre el Comunismo, se entiende, que es el mal de Rusia que Ella vino a
anunciar. Ahora, los presidentes de Rusia acuden a las ceremonias religiosas.
Tanto Medvedev como Putin lo hacen. Y prohíben la blasfemia y las ofensas a los
sentimientos religiosos. Algo ha cambiado, aunque algunos se empeñen en no
verlo, porque no han sucedido los cataclismos espectaculares que ellos
esperaban ver o porque no se
dijo tal palabra en la fórmula de consagración, como si el sucesor de Pedro,
que “puede atar y desatar, quedando atado y desatado en los cielos”, tuviera
que pedirles permiso a ellos.
Así pues,
¿qué profeta puede ser el que roza el Misterio y no lo ve? Serán los “profetas
de calamidades”, que denunciara el Beato Juan XXIII.
Sin negar
el innegable mal del progresismo, ese cáncer eclesial que se manifestó ya desde
el siglo XIX como modernismo, y que pretende dar la vuelta a todos los dogmas y
a todas las tradiciones, pretender que todo es cáncer y que apenas quedan células
sanas es un despropósito megalomaníaco que no se corresponde con la realidad.
Si el
tozudo irlandés Malachi pudiera ver el Anuario Pontificio del año 2012 se
enteraría, o quizá no quisiera hacerlo, que el número de católicos en el mundo
es mayor que nunca, 1.214 millones. Los seminaristas eran 120.616 en 2011.
Y “El
último Papa” moriría después que él, en 2005. Y ya no sería el último, ni el
penúltimo. Porque ya ha habido otros dos Papas, Benedicto XVI y Francisco. Y
así seguirá siendo, hasta la consumación del mundo.
José Luis Corral