martes, 17 de enero de 2017

Retiro en el Colegio Maravillas de la Familia Espiritual del Padre Molina

En el Colegio de Nuestra Señora de las Maravillas de Madrid, sito en la Colonia del Viso y propiedad de los Hermanos de La Salle, ha tenido lugar un Retiro con Exposición del Santísimo, meditaciones, Santa Misa, comida, exposición misionera y Santo Rosario.
Muy notable asistencia para este tipo de actos, normalmente reducidos. Unas 100 personas, muchas de ellas que estuvieron en Lumen Dei y se salieron para no plegarse a las imposiciones dictadas al ser intervenidos y desposeídos de sus propiedades, al servicio de los más pobres y necesitados de la Hispanidad. Obedecieron incluso ante la injusticia. Pero nadie puede impedirles el derecho de todo fiel cristiano y de todo ciudadano para asociarse con fines lícitos. Mucho más cuando son santos esos fines.

 El Colegio Maravillas es un conjunto educativo grandioso de una espléndida institución educativa. Fundado a finales del siglo XIX, se hallaba en Cuatro Caminos, donde ahora está el mercado del mismo nombre. Pero fue incendiado por una turba revolucionaria en los años 30. En 1946 se inició la construcción de este colegio, que es emblemático en su arquitectura y en sus resultados pedagógicos. Su pabellón de baloncesto incluso ha sido utilizado por el Real Madrid en partidos oficiales cuando estaba en obras su propia cancha.
La Capilla es excepcionalmente grande y luminosa, con unas espectaculares vidrieras que reproduciremos individualmente al final de este reportaje. Tiene cabida para 700 personas sentadas.
El comulgatorio es enorme y permite recibir la Sagrada Comunión de rodillas con gran rapidez y repartirla por varios sacerdotes o autorizados.
Y se utilizó masivamente en este Retiro, pues todos son muy devotos y tradicionales.
Celebró la Santa Misa y pronunció las conferencias el Padre Mahía, venido desde Perú, antiguo superior de Lumen Dei y sucesor del Padre Molina. Las exposiciones, muy centradas en las apariciones de Fátima, con reflexiones de San Juan Pablo II, en este año del centenario de las apariciones.
Vamos a quedarnos con una de esas reflexiones. Al igual que Juan Pablo II engarzó la bala que desgarró su cuerpo en la corona de la Virgen María de Fátima, nosotros podemos engarzar en la Corona de la Virgen todos nuestros sufrimientos, penas y dolores, convirtiéndolos así en hechos de amor para mayor Gloria de Dios.
Todo con mucha seriedad y devoción, la Misa dicha con unción y realzada por un coro de las Hermanas de la Familia Espiritual del Padre Molina.
Tras la comida, una exposición misionera con varias composiciones audiovisuales. Una de ellas, centrada en la biografía del Padre Rodrigo Molina, jesuita, fundador de Lumen Dei.
Después, el Santo Rosario ante el Santísimo, nueva meditación, Bendición y despedida.
El ambiente era muy acogedor, sencillo y humilde, abierto a todos, sin llevar cuenta de ninguno si llegaba tarde o se iba antes.
Libertad, amor y santidad.
Y como lo prometido es deuda, las vidrieras maravillosas con escenas de San Juan Bautista de La Salle y de algún santo y beato más de la congregación.











No hay comentarios: