Celebra la Santa Misa un venerable sacerdote mayor, con unción y parsimonia, palabras suaves y convincentes.
La nave es sencilla, pero resaltan varios altares laterales, barrocos y dorados como el Altar Mayor.
Las monjas clarisas hacen las preces y los cantos desde el coro, situado al fondo de la nave.
Son una docena y no tienen novicias, porque las vocaciones las derivan a Soria capital, que cuentan con unas 60 monjas, además de las que están en misiones y las que refuerzan a otros conventos. Elaboran unos dulces que son muy apreciados.
En esta foto están juntas las Hijas de San Francisco de Soria y Medinaceli.
El templo está dedicado a San Martín y es muy sobrio en el exterior, con un escudo casi difuminado por el tiempo.
Más entero está el escudo del monasterio, dedicado a Santa Isabel. La fundación es de cuando los Reyes Católicos y han sufrido diversos avatares, como la invasión napoleónica que las desalojó para ocuparlo como cuartel. Y la desamortización de Mendizábal. La guerra civil no lo afectó por haber caído en zona nacional.
No podía faltar en este reportaje una referencia al magnífico monumento al Sagrado Corazón de Jesús, a la entrada de la villa. Una joya de 1946 que se suma a los muchos lugares de esta ciudad monumental, comenzando por su Arco Romano.
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