Santa Genoveva Torres Morales (Almenara, Castellón, España, 3 de enero de 1870 - Zaragoza, España, 5 de enero de 1956) fue religiosa y fundadora del Instituto de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Ángeles, más conocidas como Angélicas, para ayudar a las mujeres, beatificada en 1995 y canonizada en 2003 por San Juan Pablo II.
A los trece años, se le diagnosticó un tumor maligno en una pierna, la cual debió ser amputada a la altura del muslo, en una operación sin anestesia para eliminar la gangrena. Desde entonces tendría que andar siempre con dos muletas.
En 1885 vuelve a caer enferma. El cuerpo se le llenó de llagas por lo que tuvo que ser asilada en la Casa de la Misericordia de Valencia, regentada por las Carmelitas de la Caridad. Allí completó su escasa cultura y profundizará su formación espiritual. Después de nueve años allí, Carlos Ferrís, Sacerdote jesuíta y Fundador de la Leprosería de Fontilles, solicitó su ingreso como religiosa en la Orden carmelita pero su discapacidad fue considerada un obstáculo para ser admitida. Desde entonces, Genoveva no intentaría pedir el ingreso en ninguna otra congregación.
En 1911, unida a dos compañeras (Isabel y Amparo), fundó la Sociedad Angélica. La misión sería ofrecer un nuevo hogar a mujeres solas, aportando la pensión que pudieran. El 2 de febrero de 1911 se inauguró la primera casa en Valencia con cuatro residentes y Genoveva fue nombrada Directora de la Casa. Las fundaciones se extenderían rápidamente por España. A partir de diciembre de 1912 visten con hábito característico y, en 1915, comienzan a consagrarse a Dios con votos privados.
El 5 de diciembre de 1925 se promulgaba el Decreto por el que la Sociedad Angélica se convertía en Instituto religioso diocesano, y el 18 de diciembre el Arzobispo de Zaragoza recibía personalmente la profesión religiosa de Genoveva y de sus 18 compañeras. Dos días después es nombrada Madre General del Instituto, con sede Generalicia en Zaragoza. Será Zaragoza donde instalen la Casa General y el Noviciado, en una hospedería ubicada a los pies de la Virgen del Pilar e inaugurada en 1941. A pesar de su cojera, la Madre Genoveva viajará por las principales ciudades españolas fundando residencias.
En 1931, la madre Genoveva empieza su tarea como maestra y guía espiritual del nuevo Instituto Religioso, aunque primero la República y después la Guerra hacen que la Orden pierda diferentes casas en todo el país. Después de la guerra, la religiosa se convierte en la principal animadora para recuperar las Casas perdidas durante el conflicto, y así, al poco tiempo ya estaban funcionando de nuevo las seis Casas de la Sociedad Angélica.
A partir de 1950, Genoveva empieza a perder facultades pero, por otro lado, la orden consigue el 25 de marzo de 1953 la cesión por Roma del "Decretum Laudis" que tanto deseaba. Adquiría así su obra carácter pontificio universal, pasando a denominarse desde entonces Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles. A principios de diciembre de 1955, su estado de salud se agravó y el día 30 de diciembre sufrió un ataque cerebrovascular. Se le administró la Unción de Enfermos y a las nueve de la mañana del 5 de enero de 1956, la religiosa entró en estado de coma, falleciendo en la Casa Generalicia de Zaragoza.
El pueblo comenzó a invocarla con el título de Ángel de la Soledad. Los restos mortales de Genoveva fueron depositados en una cripta que se construyó bajo el altar mayor de la Casa Generalicia. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 29 de enero de 1995 y canonizada el 4 de mayo del 2003 en la Plaza de Colón de Madrid.
El cuerpo de Santa Genoveva está en la Casa Generalicia, en Zaragoza, en la Plaza del Pilar, junto a la Basílica. Una capillita alberga el sepulcro.
Una placa con el escudo pontificio de Juan Pablo II testimonia su beatificación y su canonización.
Un museo anejo guarda abundantes recuerdos de la vida de esta monja ejemplar y abnegada, incluidas sus dos muletas.
El templo renacentista de la Casa Generalicia es de una armonía admirable.
Esta mujer inválida fue capaz de atender a los demás y enjugar las lágrimas de los necesitados, acompañándolos en su soledad.
Sus residencias, consideradas de "alto standing", cuentan con todos los servicios religiosos, médicos, culturales y asistenciales, por lo que tienen gran demanda de acogida, ingresando gente mayor que se vale muy bien y que no son ancianos, porque pueden gozar de una compañía y una atención, sin mengua de su individualidad e intimidad. Están en varios lugares de España, en Roma y en Hispanoamérica.
En su último Capítulo General fue elegida María del Carmen del Amo Guerrero como Superiora General.
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