miércoles, 30 de enero de 2019

Misa por el rito mozárabe en San Cristóbal, de Boadilla del Monte

 Misa en Rito Hispano Mozarabe en memoria del Obispo Mártir San Babilés en la Iglesia de San Cristóbal de Boadilla del Monte, presidió el Deán de la Catedral de Toledo Mons Juan Miguel Ferrer, que pronunció una valiente homilía sobre la invasión musulmana y sus problemas.

 San Babilés es el patrono de Boadilla del Monte y tiene su imagen en esta iglesia mudéjar.

La Iglesia parroquial de san Cristóbal está situada sobre una elevación del terreno, en el corazón del casco histórico de Boadilla. Su núcleo arquitectónico data del siglo XIII y presenta tres naves, con clara influencia mudéjar, separadas por arcos sobre pilares y techumbre de madera y cabe¬cera con ábside semicircular, posiblemente ampliado en fecha posterior a la construcción original. Destaca su campanario, de base maciza, lo que tal vez permite pensar en la reutilización de una atalaya.
En el lado del Evangelio se encuentra la capilla barroca de los González de Uzqueta, señores de Boadilla en la segunda mitad del siglo XVII y fundadores del Convento de la Encarnación.
Durante la Guerra Civil el edificio sufrió una destrucción parcial, por lo que, en 1944, se reconstruyó la torre, la cubierta, las dos sacristías y la capilla del siglo XVII. Se urbanizó además la plataforma de la iglesia y se añadió el pórtico que rodea la iglesia y un gran coro que ocupó buena parte de la nave central. Este coro fue eliminado en la última restauración realizada entre 2006 y 2009, en la que se ha buscado recuperar las características originales del edificio.

San Babilés
Patrón de Boadilla del Monte

Según algunas leyendas, San Babilés fue obispo de Pamplona en la desgraciada época en que aquella capital del reino de Navarra cayó en poder de los moros. El ilustre Prelado, al ver la destrucción de su iglesia y el furor con que la morisma perseguía a todos los sacerdotes y de haber predicho la ruina de España por los pecados de los hombres, decidió retirarse a Toledo donde sabia que los moros permitían a los cristianos mozárabes el ejercicio y la práctica libre de la religión, como contrapartida a los elevados tributos que les imponían.
San Babilés vivió tiempo en la Ciudad Imperial, desde donde se trasladó a la villa de Odón (actual Villaviciosa de Odón) con dos hermanos que le acompañaban. Allí eligió como residencia una ermita poco distante del pueblo (actual Boadilla del Monte), para entregarse de lleno a los rigores de una penitencia sin limites, en la que la oración le ocupaba días y noches enteras.

Debido a su gran cultura, su vida y carácter de ermitaño se conoció al poco tiempo por toda la comarca y las gentes, atraídas por su eminente virtud, acudían a visitarlo para pedirle consejos y bendiciones.

Tales hechos, al propagarse más ampliamente, incitaron a muchos vecinos cristiano-mozárabes a enviar a sus hijos a la ermita para que San Babilés les instruyera tanto en los rudimentos literarios como en la doctrina cristiana.
Los almorávides, conocedores de estas enseñanzas, reaccionaron violentamente y se presentaron en la ermita dando muerte a San Babilés, a sus dos hermanos y a ochenta niños cristianos que, en aquellos momentos, se encontraban con el Santo. Tal masacre ocurrió el 30 de octubre del año 815, y en esa fecha, desde ese año, se tributa a San Babilés el culto debido a un mártir, mediante una peregrinación al lugar a través del cerro, llamado de la ermita.
San Babilés se convirtió en el patrón de los niños enfermos. A su ermita acudían gentes, de muchos lugares, buscando la curación. Figura en las relaciones de Felipe II, que se venía desde Los Carabancheles.
La ermita y su Santo, debieron de tener fama de milagrosos más allá del entorno inmediato, pues en 1643 el infante Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV y a sus 14 años se hallaba aquejado de gran debilidad y grandes fiebres. Su muerte se produjo dos años después, tras la cual, se supo que la causa de las fiebres fueron ciertas relaciones que mantuvo el infante con cierta meretriz, agravadas por las sangrías que le aplicaron los médicos. Pedro de Aragón, ayo del infante y conocedor de sus correrías, fue desterrado por no haber rebelado a los médicos la causa de su mal.
Como consecuencia de la visita del infante, el santuario se vio dotado de nuevos de ingresos a cargo del erario real.
La hermandad de San Babilés es una cofradía del siglo XV que aún persiste en Boadilla del Monte.

La existencia de nuestro san Babilés ha sido puesta en entredicho por algunos expertos, para los cuales solo ha existido con esté nombre el san Babilés de Antioquía (siglo III), que murió a manos del emperador romano Decio.

Conforme a la tradición, en el lugar de los hechos se levantó una ermita que, con el paso de los siglos, se fue desmoronando. Sin embargo la cripta, en la que supuestamente se encontraba el cuerpo del santo y de los niños, se mantuvo visible hasta la Guerra Civil. La arqueóloga Miriam Fonseca afirma que algunos vecinos octogenarios de Boadilla recuerdan haber visto la cripta durante su infancia. Rememoran una gran cúpula subterránea, con escaleras, y muchos nichos.
A mediados de los años 80, una excavadora que trabajaba en el lugar de la antigua ermita, se encontró con unas grandes piedras y un hundimiento del suelo. Se encontró entonces un gran hoyo con el esqueleto de un niño, según Fonseca. Los huesos fueron entregados al entonces párroco de Boadilla, que perdió el osario poco después.
La Consejería de Cultura realizó a principios de 1997 una peritación de la zona, como paso previó y obligatorio para que la Comunidad de Madrid autorice el trazado de la M50 por el lugar. Encontrando diversos vasos, cuencos, cerámica y monedas de la época visigótica y moderna (siglos XVI al XIX). Los expertos de cultura están convencidos de que en la zona se haya un cementerio de la época visigoda. Con todo ello se ha modificado el trazado de la M-50 para que no pase por la zona y la Consejería de Cultura a anunciado que continuará con los trabajos de desenterramiento y peritaje.

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