El acto ha estado presidido por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Don Carlos Osoro, que en su intervención ha resaltado la profunda adhesión a Jesucristo de los mártires, lo que constituye un ejemplo para nosotros en cualquier vicisitud.
En el acto estaban todos los Obispos de la Archidiócesis, con el Cardenal Rouco y los Obispos Titulares de Getafe y Alcalá, López de Andújar y Reig Pla, respectivamente, así como los Auxiliares de Getafe, Rico Pavés, y Madrid, Martínez-Camino. Fue este último el que hizo un resumen de los hechos, inscritos en una persecución tan cruenta contra la Iglesia que se convierte en la mayor de su historia, superando incluso a Roma en el número de mártires y santuarios relacionados con ellos en nuestra Archidiócesis.
En concreto, en España, durante la década de los 30, “perdieron su vida como testigos de la fe unos 4.000 sacerdotes y seminaristas seculares, 3.000 consagrados y bastantes miles de laicos comprometidos. De ellos, en estos últimos años, cerca de 2.000 han sido elevados a los altares como santos y beatos”, apuntó el Prelado.
Mons. Martínez Camino aseguró también en la información enviada para el proceso de canonización que en 1936, fecha de inicio de la Guerra Civil, “Madrid contaba con 1.118 sacerdotes seculares, de los cuales fueron martirizados 379, lo que equivale a un 33,9% del clero secular madrileño”.
Este acto jurídico, que podría haberse hecho en un despacho del Arzobispado, se ha querido que estuviera abierto a los fieles, que abarrotaron el templo barroco, presidido por un impresionante altar obra de Churriguera, así como los laterales, donde se han incluido sendos iconos de los mártires madrileños del siglo XX y de San Juan Pablo II, que inició las primeras beatificaciones de los mártires españoles del periodo republicano.
Tras leerse varios documentos, incluida el documento en latín por el cual la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos da su aprobación al inicio del proceso, juraron diversos intervinientes en el Proceso, incluido el Canciller del Arzobispado. En su jumento incluyeron una cláusula para "guardar secreto sobre cuanto descubrieran que pudiera perjudicar a los candidatos o a otras personas". Eso incluye a los autores de los crímenes.
Sin embargo, la jovencísima postuladora de la Causa juró sin pronunciar esa cláusula. O sea, que ella sí puede revelar esos secretos si lo considera necesario.
Como hemos dicho, el templo estaba a tope, con muchísima gente deseosa de ver la ceremonia.
El lado del crucero que da a la Sacristía está enjoyado por un precioso portalón. Allí se encuentran imágenes de San José, el Inmaculado Corazón de María y el Sagrado Corazón de Jesús.
La imagen conjunta de los 3 altares de Churriguera, únicos en Madrid capital, merecen la contemplación.
Curiosa es la presencia de la Virgen de Montserrat, con una capilla dedicada a ella.
La Escolanía del Valle de los Caídos solemnizó la ceremonia con sus voces blancas, secundadas por las del clero y fieles.
A la salida, pudimos ver de cerca y saludar a los Prelados.
Su Eminencia Reverendísima D. Carlos Osoro, Cardenal Arzobispo de Madrid.
Su Eminencia Reverendísima D. Antonio María Rouco, Cardenal Arzobispo Emérito de Madrid.Su Excelencia Reverendísima D, Joaquín López-Andújar, Obispo de Getafe.
Su Excelencia Reverendísima D. José Rico Pavés, Obispo Auxiliar de Getafe.
Su Excelencia Reverendísima D. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares.
La fachada barroca italianizante de la Real Iglesia de las Calatravas, en la calle Alcalá de Madrid.
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