Cientos de granadinos acudieron al Triunfo para rezar el Rosario como desagravio por el fin del Ramadán celebrado masivamente por los musulmanes en ese mismo lugar. Sin embargo, el Arzobispo de Granada, Monseñor Javier Martínez, los desautorizó, proclamando que la Libertad Religiosa es un bien supremo y que el ejercicio religioso de cualquier religión no es un agravio para los católicos.
Reproducimos abajo el comentario de Simplicio en Infovaticana.
Simplicio dice:
La
Libertad Religiosa no es un bien supremo. Por esa frase el Prelado
Martínez habría sido excomulgado y depuesto hace poco más de 50 años,
cuando la Libertad de Cultos era una abominación propagada por la
masonería.
La Libertad Religiosa, expresión muy desafortunada, a la
que se refiere el Concilio Vaticano II, se refiere a la inmunidad de
coacción externa del poder público, salvados el bien común y el orden
público. Que ya se ve que no se han salvado.
El BIEN SUPREMO es “Amarás a Dios sobre todas las cosas. Y sólo a Él darás culto”. Con el Culto por Él mismo establecido.
Por tanto, no son un bien supremo ni las falsas religiones ni sus
falsos cultos. Se toleran, como un mal menor, TOLERANCIA RELIGIOSA, que
era la expresión católica acuñada por los siglos, porque si se
pretendiera acabar con ellos por la fuerza podría sobrevenir un mal
mayor.
Como enseñó Pío XII, el error no tiene ningún derecho, ni a la existencia, ni a la propagación.
Pues ahora los errores los propagan las jerarquías católicas.
El rezo colectivo de los musulmanes en tal lugar es un “AGRAVIO” con
mayúsculas, hay que ser muy lerdo para no verlo. Granada es el fin de la
Reconquista, el fin de la invasión musulmana. Y ellos quieren a su vez
revertir el 2 de Enero de 1492. Por eso se concentran masivamente en esa
ciudad. Es una consigna. Es una estrategia. Quieren Granada. Y la
Alhambra. Como quieren la Mezquita, Al-Ándalus y toda España.
Es un
AGRAVIO porque el terreno es de especial devoción para los católicos,
coronado por la imagen de la Virgen en Triunfo. Es el Triunfo del
Catolicismo. Decir que los musulmanes veneran a María es una frivolidad.
Más bien, en su delirio visionario, mezclando arbitrariamente
historias, creencias, relatos e imaginaciones, el falso profeta Mahoma
mencionó a María y a Jesús, reconociéndoles una cierta categoría, pero
sin que en la práctica eso haya conducido para nada a una veneración de
la Virgen. Profanan sus imágenes y santuarios en cuanto pueden.
Además, debemos ser conscientes de la “yihad” que estamos viviendo, que
no es una simple guerra interior, sino una guerra con todas las
consecuencias, que muchos de esos musulmanes interpretarán literalmente,
fatalmente.
Sufriremos el terrorismo islamista como sufriremos la
dominación de la Sharia en cuanto ellos puedan. Y abrirles las puertas,
facilitarles la invasión y que nos dominen es una traición en toda
regla.
Por otra parte, ¿cuántos de esos musulmanes se ganan la vida
honradamente y a cuántos mantenemos los españoles con nuestros
impuestos, subsidiándoles en perjuicio de otros españoles necesitados?
¿Cuántos ocupan puestos de trabajo que podrían ocupar nuestros
compatriotas?
El AGRAVIO es inmenso, continuo. Y el tumultuario fin del Ramadán no fue sólo un AGRAVIO. Fue también un DESAFÍO.
Sólo los ciegos como el Arzobispo de Granada no lo ven. Sí lo ven los
católicos, el pueblo granadino, la gente de a pie, los fieles sencillos,
los que rezan el Rosario. Que Dios los bendiga.