Misa de 11. Tercer Convento de la Visitación de las Salesas, en el Paseo de San Francisco de Sales. Neoclásico, con espléndido Retablo en el Altar Mayor y buenos y sobrios altares laterales.
Se celebra por el Modo Extraordinario del Rito Romano, oficiado por sacerdotes del Instituto Cristo Rey.
El templo está abarrotado. 150 personas, de todas las edades. Sorprende encontrar muchos jóvenes y matrimonios jóvenes con muchos niños. Nada de ancianitos nostálgicos. Sí se nota cierta altura intelectual y espiritual a la vez.
Aunque la misa es rezada, realzada por un coro mixto de hombres y mujeres que entonan motetes, el ambiente es solemne. Algunos velos y rosarios. Religión pura y dura. En vena. Aquí se siente, se percibe el Misterio, aunque no se sepa latín. Facilitan misalitos y una hoja con las lecturas y oraciones del día.
También resulta ser una buena tabla de gimnasia, muy saludable. De pie, de rodillas, arriba y abajo, a veces con prontitud.
Celebró y predicó el Padre Raúl Olazábal. Jesús expulsa a los demonios porque es más poderoso que ellos. Por eso no debemos temer a los demonios, sino al pecado. La Cuaresma es buen momento para hacer una buena confesión que nos limpie y afiance en la Gracia de Dios.
Otro sacerdote atendía confesiones. Y por las tardes a las 8 hay misa con el mismo rito en la Parroquia de Santa Cruz, de la calle de Atocha. A diario y los domingos. Todos los días.
Escuchar esta Misa es imprescindible para todo católico a poco que quiera profundizar en su Fe.
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