Parroquia de La Encarnación del Señor, en el populoso barrio madrileño de San Blas. Misa de 12. Lleno completo, incluidos bancos y sillas laterales. Gente de pie. 20 bancadas a 16 fieles por bancada. Unas 350 personas. Para los que dicen que las iglesias están vacías. Eso sí, gran mayoría de gente mayor.
Gigantesco cuadro con la Anunciación del Ángel Gabriel a la Virgen María. Espectacular Vía Crucis en los laterales. Se ha repuesto el Sagrario en el Altar Mayor.
El Párroco, Don José Carlos González, joven y del Opus Dei, hace una homilía sencilla y breve: ¿Cuál es la herencia más importante que queremos dejar a los hijos y los nietos, a todos los seres queridos?
La Parroquia tiene 4 misas de domingo y otra el sábado por la tarde. Son más de 1.000 personas las que cumplen el precepto dominical aquí.
Hay una Capilla del Santísimo con adoración perpetua, espacio pequeño, pero muy acogedor, habilitado en el antiguo Baptisterio.
Enfrente están los salesianos, que tienen un número similar de misas y también mucha gente. Una institución formativa con mucha solera en el barrio, colegio y Parroquia de Santo Domingo Savio. A la izquierda, el instituto religioso femenino Jesús y María, de las Hijas del mismo nombre, fundadas por Claudina Thévenet. Ahora son colegios concertados y mixtos. A continuación hay también un colegio público.
En sus patios, los niños y jóvenes hacen deporte. Mens sana in corpore sano.
A la izquierda de la iglesia, las fábricas e industrias. A la derecha, las viviendas. Es el Catolicismo Social impulsado por el Régimen de Franco. En medio, la gran avenida de los Hermanos García Noblejas, mártires y caídos por Dios y por España, a la que ahora quieren despojar de su nombre.
Con la última línea de metro que inauguró el Generalísimo. Autobuses, comunicaciones y comercios, un ejemplo de urbanismo.
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