miércoles, 29 de noviembre de 2017

Festividad de los Mártires en Paracuellos. Celebró el Prior del Valle de los Caídos.

 Se ha celebrado la Santa Misa en el Camposanto de los Mártires de Paracuellos del Jarama, por ser la Festividad litúrgica de los 143 mártires de esta "Catedral de los Mártires" que ya han sido beatificados. Concelebraron el Prior del Valle de los Caídos, Padre Santiago Cantera, y el consiliario de la Hermandad de los Mártires, Don Manuel.



En su homilía, el benedictino Padre Cantera subrayó la gran relación entre el Camposanto de los Mártires de Paracuellos y la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, por ser lugares de enterramiento y por albergar los cuerpos de 143 y de 54 mártires, respectivamente, lo que les convierte en el primer y el segundo lugar martiriales de España. Son lugares de enterramiento, sagrados e inviolables, cosa que está habiendo que defender frente a las pretensiones de algunos, incluidos altos responsables del Estado.
El prior recordó que muchos de los mártires murieron gritando ¡Viva Cristo Rey! Como ya lo hicieran antes los cristeros mejicanos, otra enorme persecución, como también La Vandée en Francia.
Precisamente el domingo pasado se celebraba la Fiesta de Cristo Rey, instituida por Pío XI con la Encíclica "Quas Primas" en 1925 y la "Ubi Arcano" de 1922, había precisado que el Reinado de Cristo lo es por naturaleza, ya que es Dios, unido hipostáticamente a la naturaleza humana, y por conquista, ya que nos rescató con su sangre.
Ese reinado es espiritual, pero se prolonga también sobre todas las cosas creadas y sobre todos los seres. Por tanto, afecta también a las sociedades, a las naciones.
Cuando no se admite que la autoridad viene de Dios, viene el laicismo y toda la autoridad se tambalea, porque no tiene un fundamento sólido.
Por eso el Corazón de Jesús ha manifestado su predilección por España al menos en dos ocasiones, al Padre Bernardo Hoyos en Valladolid y a Santa Maravillas de Jesús en El Escorial, animándola a fundar en el Cerro de los Ángeles, donde se había erigido una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y se había consagrado España a Él.
Tras la misa, hubo un responso y un toque de oración ante el monolito que recuerda a todos los caídos. Gloria Aguado, hija del beato Miguel Aguado, en primera fila, con abrigo rojo.

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