El Santuario volvió a ser de los jesuitas en la guerra, a quienes se lo arrebató Carlos III cuando los expulsó en el siglo XVIII. Un incendio lo asoló en 1869 y se reconstruyó con magnificencia desde 1933, culminando en 1941.
Sigue siendo un lugar de mucha devoción, al que acuden mucho los vallisoletanos y peregrinaciones de otras provincias, pudiendo celebrarse retiros y ejercicios espirituales.
Al entrar, una placa de mármol recuerda el trascendental hecho, la Gran Promesa: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes.
Aunque el retablo es de un convento carmelita desamortizado, la recreación del conjunto es del Padre Félix Granda, genial artista. La imagen del Corazón de Jesús es de las más grandes en un interior y sobrecoge por su grandeza. A sus lados, sendas columnas culminan con el Escudo Nacional con el Águila de San Juan y el Escudo de Valladolid con la Laureada de San Fernando.
Los sacerdotes adscritos son jesuitas de avanzada edad, aunque el rector es joven. Su edad es garantía de fidelidad y ortodoxia.
También en la cúpula luce el Escudo Nacional, esta vez pintado, a los pies de Cristo Rey.
La imagen de Cristo Rey, procesional y también obra del Padre Félix Granda, recorre las calles de Valladolid en la Festividad del Sagrado Corazón de Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario