viernes, 22 de septiembre de 2017

Misa en Santiago de Almería, iglesia martirial

 Enclavada en el mismo centro de Almería, en la antigua morería, este templo gótico-renacentista es de los más antiguos de la ciudad, contemporáneo de la Catedral. Por ser verano, por quedar poca gente y mayor en la zona y por la proximidad de otros templos, no es mucha la gente.


 Pero es uno de los lugares donde más cómodo y a gusto se siente uno para oír la Santa Misa. De los pocos que cuentan con comulgatorio.
 El retablo, el paso procesional de la Soledad y las imágenes fueron destruidos durante la guerra civil por los que ya sabemos, los amigos del progreso y la libertad y enemigos del oscurantismo. El malvado Régimen de Franco, según algunos, los reconstruyó.
 La techumbre es de madera y la nave única se culmina con arcos ojivales.
 También es ojival el arco superior del coro.
 Por fuera destaca la imponente y maciza torre cuadrada, con un soportal para la entrada.
 Pero es más noble y exquisita la portada lateral, jalonada de columnas para enmarcar sus dos cuerpos superiores, uno con el escudo episcopal y otro con Santiago Matamoros.
 La iglesia conserva amorosamente el recuerdo de sus ilustres hijos que han llegado a los altares, varios de ellos mártires de la persecución religiosa que asoló la parroquia. Como su Párroco, Don Carmelo Coronel Giménez, ya beatificado.
Desde 1913 fue Cura propio de Santiago Apóstol de la ciudad de Almería, permaneciendo a su frente durante un cuarto de siglo.
Presbítero de enorme cultura, en 1906 se licenció en Teología por el Seminario de Granada. Además de impartir clases en el Colegio de la Trinidad y en el Seminario de Almería, escribió el libro Acción Parroquial mediante el apostolado eucarístico. Asiduo colaborador del diario católico La Independencia, era director de la Hoja Parroquial de Almería. En Gérgal fundó la Casa Social y la Asociación Eucarística de Oración y Trabajo, para atender a los obreros y a los enfermos. Con el mismo fin, fundó en Tabernas el Patronato de Obreros.
En su misma casa fue detenido el diez de agosto de 1936 y sufrió prisión con los beatos Obispos de Almería y Guadix. Su sobrina doña María Álvarez Coronel recordaba que: « Cuando lo sacaron del barco, él era consciente de que lo llevaban al martirio. Camino de Tabernas animaba a sus compañeros, con fe y esperanza en la vida eterna. Lo mataron sólo por ser sacerdote. » En el Pozo de la Lagarta encontró el martirio, junto a muchos más.
 También el Obispo de Almería fue mártir, junto con el de Guadix. Diego Ventaja Milán ya es Beato.
 También es ya Beato el mártir Cecilio López López, Hospitalario de San Juan de Dios. Almeriense, aunque lo asesinaron en Boadilla del Monte (Madrid).
 Mártir en La Garrofa fue Juan José Vivas-Pérez Bustos, bautizado en San Pedro de Almería.
Fue bautizado en la fiesta de la Candelaria en la Iglesia Parroquial de san Pedro de su ciudad. Primero estudió con los jesuitas de Chamartín y, después, cursó la carrera de Farmacia en la Universidad de Granada. Más su auténtica educación corrió a cargo de su padre, el reconocido farmacéutico don Juan José. De su padre aprendió una profunda Fe, encarnada en eficaces obras de amor al prójimo. Su progenitor fundó en Almería una Escuela Reformatorio; dos escuelas del Ave María en el Quemadero y Pescadería; así como el comedor de la Tienda Asilo y el diario católico La Independencia.
Su solidad piedad se acrecentaba con la comunión diaria, ya que disfrutaba en su hogar de un oratorio donde celebraba la Santa Misa el Vicario General don Rafael Ortega. Además de continuar las fundaciones de su padre, que sufragaba gracias a su negocio farmacéutico, abrió una nueva escuela en el Barrio Alto. Muy preocupado por los ataques laicistas, e impulsado por los Obispos almerienses, continuó siendo el dueño de La Independencia.
Enamorado de doña Rafaela Torres Benítez, tras siete meses de noviazgo, contrajeron matrimonio en la Iglesia Parroquial de san Pedro el doce de septiembre de 1936. Juntos bendijeron su unión con tres hijos, naciendo el último sólo tres meses antes de la Persecución Religiosa.
Odiado por liderar el periodismo católico, le incautaron la Farmacia y hasta su propia casa. Rápidamente fue detenido y enviado al convento de las Adoratrices. Un niño de sus escuelas recordaba: « Cuando le detuvieron le quitaron el rosario que llevaba siempre, por lo que haciendo nudos en una pequeña cuerda se hizo uno en la prisión. » Su delicadeza para con los demás llegó al extremo de tramitar, desde la cárcel, el finiquito a sus empleados.
A principios de agosto lo llevaron al barco Capitán Segarra, donde sufrió tortura y fue obligado a limpiar inmundicias. En la víspera de la Asunción fue martirizado en la playa de la Garrofa a sus treinta y cinco años. Cerró sus labios dirigiéndose a sus verdugos: «He vivido como cristiano y por cristiano me matáis. Para Dios nací y para Dios muero. ¡Viva Cristo Rey! » 

Merece la pena contar también quién era su padre, Juan José Vivas Pérez, nacido en Almería en 1852 y muerto en la misma ciudad en 1924.

En la rebotica de su farmacia, situada en el Paseo de Almería, se gestó la creación del Colegio Oficial de Farmacéuticos, siendo él primer presidente (1898 y 1920). Anexo a su farmacia, creó un laboratorio de investigación y elaboración de productos farmacéuticos, de donde salieron varios medicamentos, entre ellos, el célebre Salicilatos de bismuto y cerio Vivas Pérez, eficaz en los trastornos gastrointestinales, merecedor del respaldo de expertos clínicos nacionales y extranjeros y avalado por la Real Academia de Medicina de Granada y el Ministerio de Marina; utilizado por el Ministerio de la Guerra y el de Marina para combatir las enfermedades tropicales, su difusión llegó a las colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y a otros países (Perú, Colombia, Brasil e Italia). Después de la pérdida de las colonias españolas se siguió comercializando este producto, si bien bajo copias fraudulentas. El laboratorio “Vivas Pérez” también elaboró otros productos de gran aceptación como el Jarabe de Quebracho (para el asma) o el Elixir de hierro con hipofosfitos.

      Casado con Ana Bustos Orozco, con la que tuvo 8 hijos. Fundó el diario católico y monárquico La Independencia. Destacó por su gran labor social enraizada en profundas convicciones cristianas, fomentando, creando y apoyando diversas instituciones: en 1885, el Centro Social conocido como “tienda asilo”, en el cual se facilitaba, a precios simbólicos, comida a quien lo necesitase; el Centro de Rehabilitación o Reformatorio para menores de edad; sostuvo las escuelas del “Ave María” (modalidad de enseñanza instaurada en Granada por el canónigo del Sacromonte Andrés Manjón, destinada a cubrir las graves carencias educativas de los sectores más deprimidos de la ciudad) en el Quemadero y las Chocillas, durante los primeros años del siglo XX; algo más tarde, la Escuela de Formación Agraria.



 Un gran santo, San José María Rubio, Peralta de segundo apellido, también almeriense, artífice de la erección del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles y de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Apóstol de Madrid, trabajó sobre todo con los más humildes. Murió en Aranjuez, en 1929.
Su lema "Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios quiere".
 Los mártires Beatos de Lasalle, también asesinados en 1936, tampoco son olvidados en esta iglesia.
También hay un recuerdo para María Dolores Rodríguez Sopeña, otra almeriense ilustre, que vivió entre 1848 y 1918. Abnegada apóstol, educadora, catequista y hospitalaria, beatificada en 2003.
Actualmente la familia Sopeña esta formada por las tres instituciones que fundó:
  • El Instituto Catequistas Dolores Sopeña.
  • El Movimiento de Laicos Sopeña.
  • Fundación Dolores Sopeña.
    Ahora falta colocar a los 115 mártires recién beatificados en marzo pasado. A la Iglesia le van a faltar paredes.

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