Misa dominical de medio día en San Juan Evangelista de Almería. Unos 100 fieles, no muchos, pero hay que tener en cuenta que se trata del mes de agosto y mucha gente está de vacaciones en las playas próximas, además de no ser un barrio con mucha población.
A simple vista se aprecia que por este templo han pasado muchos ciclones. La ausencia de un retablo en el altar mayor, al igual que en los laterales, la escasez de ornamentación, reflejan bien a las claras que los hubo, pero que ya no están.
Fue Mezquita mayor de los musulmanes, pudiendo albergar 9000 personas. En la cabecera de sus siete naves
pendían campanas expoliadas de iglesias cristianas que hacían las veces
de cirios, así como dos grandes lámparas de cristal de colores traídas
de La Meca. En total llegó a contar con seis arquerías de 14 columnas, la mayoría en mármol de Macael, material utilizado también en la solería.
Tras la Reconquista de 1489 los Reyes Católicos la destinaron a Catedral, pero un terremoto la destruyó en 1522, por lo que se decidió edificar otra en su actual emplazamiento. San Juan quedó con algunas funciones religiosas, pero muy disminuida en tamaño. Parte de sus piedras se utilizaron para otros edificios. En el siglo XVII el Obispo Portocarrero la revitaliza y coloca una portada manierista con su escudo. En 1837 sufre la Desamortización y fue destinada a dependencia militar. A finales del siglo XIX se utiliza como Capilla del Seminario y se vuelve a hacer Parroquia con los Franciscanos a finales de los años 20 del siglo XX.
Durante la guerra civil sufrió la pérdida de su techado mudéjar por un bombardo de la escuadra italiana.
Se conservan el mihrab y la qibla de la mezquita. La orientación es hacia el Sur, en vez de hacia La Meca, según la tradición almohade.
La imaginería es moderna. El precioso Cristo de la Buena Muerte es de 1954. Procesiona junto a la Virgen de las Angustias, también de posguerra, situada en lo alto del Altar Mayor.
La Legión suele escoltar el paso procesional por las estrechas calles del barrio, pero transitando también por la carrera oficial del Paseo, como todas las procesiones almerienses.
La sobria fachada queda realzada por la portada manierista y el escudo del obispo Portocarrero.
El Gobierno Militar está al lado. La Iglesia fue una dependencia del mismo durante algunos decenios del siglo XIX.
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