Catedral de Almería, última misa de la mañana de un caluroso domingo agosteño, XX del Tiempo Ordinario. "Fuego he venido a pegar a la tierra, y estoy ansiando que arda", dice Jesús. Lo que le vale al oficiante para recordar que debemos comprometernos por un mundo mejor, aunque eso nos cueste persecución y muerte. El discurso tenía cierto tufillo a "teología de la liberación" alcanforada, aunque en el fondo el sacerdote tenía mucha, pero que muchísima razón, como veremos a continuación.
Algo más de 50 personas en la misa, en buena parte transeúntes, por las mismas razones que en la Virgen del Mar, donde estuvimos tres días antes. La gente está en las playas, donde hay otros templos que sí se llenan en este tiempo. Y hay muchas iglesias cerca y pocos habitantes en el casco histórico.
Noble y clásica arquitectura gótica de 3 naves, con el Altar Mayor enjoyado barrocamente. Los púlpitos, adosados al Altar, se usan para las lecturas y oraciones de los fieles en los pontificales.
Una capilla de la catedral está dedicada a los mártires del 36, encabezados por los Obispos de Almería y de Guadix, Diego Ventaja Milán y Manuel Medina Olmos. Y los hermanos de Lasalle.
Así que resulta cierto lo que decía el oficiante. Les costó la vida. Y hasta el fuego, porque fueron quemados también.
El exterior de la Catedral, con aires de fortaleza, también recuerda a su obispo mártir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario