Misa en Cañada del Hoyo (Cuenca)

 Cañada del Hoyo, un pueblo de la serranía conquense con una hermosa iglesia de nave única donde observamos un cura joven con sotana.
Y comulgatorio. Se puede comulgar de rodillas y en la boca con naturalidad, cosa que hacen bastantes de los feligreses.

 La única misa dominical se llena bastante con las distancias sanitarias obligadas por la pandemia. Y también hay jóvenes y jovencitos, aunque predomina la gente mayor, pero muchos también de mediana edad. El cura sabe sintonizar con la gente. Conta historias, en este caso la de un joven argentino que se enamoró de una joven y tiempo después ambos se sintieron llamados a la vida consagrada, por lo que él es ahora un famoso cura y youtuber, Javier Olivera Ravassi, mientras que ella es religiosa en Francia. Se trata de responder a la vocación, a la llamada de Dios, buscando qué quiere Él en nuestras vidas.

 El joven presbítero es el Padre Nilton Bustamante, de la Sociedad Misionera de Cristo Rey, fundada por el Padre Alba en Barcelona y muchos de cuyos sacerdotes se formaron en el seminario de Cuenca desde la época de Monseñor Guerra Campos, que terminó sus días en la casa fundacional de estos Misioneros, en Sentmenat. El Padre ha entronizado esta imagen del Sagrado Corazón de Jesús, así como ha hecho el retablo actual del Altar Mayor, pues todo fue destruido durante la guerra civil por parte de los milicianos rojos, que sólo dejaron las cuatro paredes del edificio, como también de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, Patrona de la localidad.

 El atrio forma un espacio natural para la charla y el encuentro. Este pueblo es famoso por unas torcas o depresiones, pequeños lagos, 7 en total, de unos 30 metros de profundidad y 100 de diámetro. Cuenta con una estación de tren del año 1947.

Y también es notable el castillo, que fue del marqués de Villena. En la primera guerra carlista, por estas tierras se libraron combates entre los carlistas del general Cabrera y los liberales de O'Donnell. En la tercera guerra carlista, el castillo fue usado por Don Alfonso Carlos y su esposa Doña Blanca, en realidad María de las Nieves de Braganza, en su avance hacia Cuenca, única capital de provincia ocupada. Alfonso Carlos llegó a ser rey carlista muchos años después, tras la muerte de su hermano Carlos VII y luego de su hijo Don Jaime, muerto sin descendencia.