domingo, 26 de noviembre de 2017

El Cardenal Osoro en San Romualdo

 El Cardenal Arzobispo de Madrid, Don Carlos Osoro Sierra, ha visitado la Parroquia de San Romualdo, con motivo de su 50 Aniversario, bendiciendo un azulejo que representa al Santo y a la Sagrada Familia en el exterior del templo.


 En la imagen, Su Eminencia con el Vicario de Zona, Don José Cobo Cano, a la izquierda, y con el Párroco, Don José Ramón Fernández Aranda, de traje negro, a la derecha, que además es uno de los 8 exorcistas de la Diócesis.
 La chavalería asistió con mucha curiosidad, poco habituados a tener al Obispo, todo un Cardenal, entre ellos.

 El azulejo está muy bien conseguido, con San Romualdo tomando el Santo Niño en sus manos. La raya que cruza es la sombra de la verja, como puede apreciarse mejor en la foto de abajo, mientras se producía la bendición del icono.


 Para entonces, el templo ya se encontraba abarrotado y todos los asientos estaban ocupados por la feligresía.
 Atrás y en los laterales, mucha gente tuvo que permanecer de pie toda la ceremonia.
La Capilla del Santísimo, a la derecha, también estaba abarrotada. Para que lo vean los que dicen que las iglesias están vacías.

 Se formó una procesión con Cruz alzada al frente y los celebrantes detrás.

 En su Homilía el Cardenal recordó que era la Festividad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo y Sacerdote Eterno. El Reino de Dios se manifiesta en cada uno de nosotros cuando ayudamos al necesitado, cuando atendemos al más desprotegido, cuando nos preocupamos de llegar a nuestros hermanos, sin quedarnos aislados en la comodidad de nuestros grupos y formas de vivir. Jesús toma de la vida cotidiana el ejemplo de sus parábolas. Los pastores por la noche separaban a ovejas y cabras porque tienen distintas necesidades, las ovejas duermen al aire libre y las cabras necesitan un recinto cerrado.
Por eso el Juicio Final es un Juicio sobre el ahora, sobre lo que hacemos en este momento. No estamos recordando, sino viviendo el presente. Con entrañas de misericordia, para que Cristo se haga presente a todos por nuestra vida y nuestro ejemplo. Lo que hacemos a los más pequeños se lo hacemos a Él.
 La Oración de los fieles la hicieron varios feligreses, al igual que las lecturas.
 La Consagración.
 La Comunión, repartida por varios Sacerdotes. El Cardenal lo hizo en el centro, donde hay un reclinatorio que permite comulgar de rodillas.
 Por último, la Bendición. Reseñar que un coro cantó las canciones religiosas, bien conocidas, que fueron seguidas con entusiasmo por todo el pueblo fiel.
Al final, el Señor Cardenal se situó en la entrada y pudieron saludarlo todos cuantos quisieron. Más tarde se sirvió un ágape en los salones parroquiales de San Romualdo, enclavada en un populoso barrio obrero y de inmigrantes, el Barrio Bilbao, metro Ascao.

1 comentario:

puertolas dijo...

El Mensaje del Cardenal Osoro es reduccionista, deformador y mutilador respecto a la Festividad de Cristo Rey.
Omite la existencia del Infierno tras el Juicio. Reduce el Reino de Cristo a que nos portemos bien, olvidando que ese Reino exige también instituciones y leyes cristianas.
Si hay que proteger a los más indefensos, esos son los que no han nacido y que esta sociedad española asesina legalmente cada año en número de 100.000. Sin que el Cardenal haga ningún reproche a los gobernantes y a los que no gobiernan, pero son tan abortistas o más que los gobernantes. Y lo mismo sus votantes. Lo mismo cabe decir de ancianos y enfermos amenazados por la eutanasia. Como de la pobreza generada por un capitalismo explotador y un estado confiscador y voraz.
Dijo Latinoamérica, en vez de Hispanoamérica. La palabra España y sus derivados se le resisten.