jueves, 11 de noviembre de 2021

Conferencia de Mgr. Bernard Fellay en Madrid.

 

Su Ilustrísima Monseñor Bernard Fellay, Obispo de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, estuvo en Madrid y confirmó a varios jóvenes. Con tal motivo, pronunció una conferencia sobre las ordenaciones de 1988, en la que él mismo fue ordenado obispo junto a otros tres sacerdotes por Monseñor Marcel Lefebvre.

Mgr. Fellay fue presentado por el Superior en España y Portugal de la FSSPX, Rv.P. Don Jorge Amozurrutia. Destacó de él que fue Superior General durante 24 años, desde 1994 hasta 2018.
Mgr. Fellay relató el proceso que llevó a las ordenaciones episcopales de 1988, entre ellas la suya, que fueron castigadas por la Santa Sede con excomunión, luego levantada en 2009 por Benedicto XVI, a la vez que el Papa Francisco les ha dado la facultad de perdonar pecados como el aborto, antiguamente reservado al Papa, celebrar matrimonios, siempre que se comunique a la Diócesis, e instruir posibles casos de pederastia. Roma acredita así que las ordenaciones siempre fueron válidas, ya que no se requiere ningún otro acto para celebrar la misa, administrar los sacramentos y ejercer la tarea apostólica.
Aquel proceso se inició a raíz del Concilio Vaticano II, que enunciaba doctrinas y postulados antes no predicados por la Iglesia, o incluso condenados. Por eso la postura de la Fraternidad fundada por Mgr. Lefebvre fue siempre examinar esos documentos conciliares a la "luz de la Tradición".
Posteriormente se hicieron importantes cambios litúrgicos en los Sacramentos y en la Misa, que según Mgr. Lefebvre y la Fraternidad, comprometían gravemente el significado de lo que se celebraba, por lo que decidieron mantener los ritos tradicionales.
Todavía mayor alarma causó el ecumenismo practicado por el Papa Juan Pablo II y las ceremonias de Asís, porque de alguna manera se equiparaba la religión verdadera con las religiones falsas. Por ese motivo, Mgr. Lefebvre vio la necesidad de continuar su obra para cuando él faltara de este mundo, por lo que quiso tener obispos que le relevaran cuando muriera. Las conversaciones con Roma se iban alargando y parecía que lo que esperaban era que esa muerte se produjera cuanto antes. Sin embargo, se llegó a firmar un acuerdo en mayo de 1988, que firmaron el fundador y el cardenal Ratzinger.
El acuerdo era bueno, pero el contexto era malo, a pesar de que Roma autorizaba que se ordenase un obispo el 15 de agosto, que elegiría el Papa entre una terna presentada por Econe (el seminario y residencia central de la Fraternidad, donde residía el Arzobispo Lefebvre).
Por ese motivo, Mgr. Lefebvre anunció que consagraría 4 obispos y así lo hizo, conjuntamente con Msr. Castro Mayer, alegando estado de necesidad, pues no veía otra forma de asegurar la continuidad de la Tradición. 
Sin duda alguna, aquel acuerdo, que luego fue base de la creación de la Comisión "Ecclesia Dei", trajo también el beneficio de la extensión del vetus ordo por todo el orbe católico. Ese mérito hay que atribuírselo con toda justicia a Monseñor Lefebvre y a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
En el transcurso de la conferencia, Monseñor contó algunas anécdotas poco conocidas. Entre ellas, que en las conversaciones con Roma estaban de acuerdo el Papa y los Cardenales Secretarios de los Dicasterios, pero como los Subsecretarios no querían, no se podían concretar esos acuerdos. Tenían más poder los Subsecretarios.
También opinó que la Consagración que hizo el Papa Pío XII en 1942 a la Virgen según los deseos expresados en Fátima, trajo como consecuencia el cambio de rumbo de la Segunda Guerra Mundial, pues fue entonces cuando se produjo la derrota alemana en El Alamein (1).

(1) N. de la R.- La consagración se hizo el 31 de octubre de 1942. La segunda batalla del Alamein tuvo lugar entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre de 1942. El 8 de noviembre los americanos desembarcaban en Marruecos. Luego vino la derrota de Stalingrado.
Mgr. Fellay conversa al final de la conferencia con José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español. El prelado departió con numerosos asistentes y compartió algunos aperitivos que se ofrecieron.

Previamente, se expuso el Santísimo y se rezó el Rosario, terminando con la Bendición, antes de la celebración de la Misa por parte del obispo suizo.