100 años después, otro 30 de Mayo, Día de San Fernando, Día de la Ascensión, el Jueves reluce más que el sol, el Cerro de los Ángeles está vacío. Hasta la Virgen se ha ido en procesión hasta Getafe. Las monjas oran y laboran. Los seminaristas oran y estudian.
El viejo monumento, fusilado y dinamitado, a los pies de la Ermita, guarda silencio.
4 monjes benedictinos, del Valle de los Caídos, peregrinos del silencio y del recuerdo.
Detrás, las lápidas que hablan. Si vosotros callarais, las piedras hablarían y cantarían la Gloria de Dios.
Si grande fue la Caída, mayor fue la Redención. Si grande el viejo monumento, más grande el nuevo.
San Isidoro, San Isidro y San Fernando, que celebra su Fiesta, custodian la entrada a la Basílica.
El Corazón de Jesús se yergue majestuoso, proclamando "Reino en España". A sus pies, miriadas de santos de todas las épocas de España, nación hermosa y gloriosa por excelencia.
Abajo, en lo recóndito, la Santa Misa, con 20 fieles, verdaderos privilegiados, en la homilía inspirada del Sacerdote, que celebra con unción y canta al final un himno al Sagrado Corazón impetrando su Reinado sobre España, mirando al Sagrario.
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