martes, 10 de octubre de 2017

Obispos que practican la virtud del patriotismo.

 "Bienaventurada la Nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se escogió como heredad". Salmos XXXIII, 12.
"Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes". El Sagrado Corazón de Jesús al Beato Padre Bernardo Hoyos en 1733 en Valladolid. 
"En el Rosario está cifrada la salvación de tu Patria". La Santísima Virgen al catalán San Antonio María Claret en 1839 en La Granja.

La virtud del patriotismo es muy poco predicada en España. Frente a esa tibieza generalizada, destacan algunos obispos que no quieren permanecer indiferentes o ausentes en estos momentos en los que está en serio peligro la Unidad Nacional de España.

El Obispo de Alcalá de Henares, Monseñor Reig Pla, verdadero profeta y apóstol, ha escrito una carta pastoral donde dice:
“más allá de la legitimidad histórica y legal, la unidad de los españoles ha de ser considerada como un bien moral alcanzado por todo el patrimonio de generaciones en las que no han faltado los mártires y los santos que iluminan siempre el camino de nuestra historia”.
 “en una sociedad secularizada, este orden moral ha quedado oscurecido. Sin el cristianismo España y Europa no tienen futuro”.
 “el “bien común” que habla de comunión está vinculado en nuestra Patria a los lazos familiares, religiosos, culturales, históricos, etc. que han hecho a España propagar la fe por los cinco continentes bajo el signo de la Cruz”.

El Arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz:
En estos días era obligado decir algo ante lo que sucede en Cataluña, esa querida región de España. 
 Romper este marco unilateralmente, cizañarlo con la insidia que enfrenta y divide, falsear con la mentira sus trucadas alternativas, engañar con vileza a un pueblo para hacerle cómplice de una inconfesada deriva… todo eso no sólo atenta contra el Estado de Derecho y mina la convivencia.
 En estos días se ha escenificado una situación muy compleja por lo torticero de su maña, de su reivindicación y de su impredecible deriva. Ladrones de guante blanco y corrupción evadida que acusan a España de robarles; amotinadores en un Estado de derecho que exigen se les respete las leyes que ellos mismos se cocinan; fautores de una independencia impuesta desde el fragmento de su minoría a toda una mayoría que impunemente desprecian; maestros de la manipulación mediática y la mentira auto-victimándose con propaganda nociva para completar el engaño; artífices de una ruptura de cinco siglos de convivencia mutua y de cuarenta años recientes de democracia, quizás para luego amnistiar legalmente sus vergüenzas y dinamitar España y Europa con sus praxis antisistema.
El Obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández:
"La Patria está en peligro". Tras invocar al Ángel Custodio de España y a la Inmaculada, la excelsa Patrona de España, el prelado cordobés dijo:
“ el sentimiento patriótico no sólo es propio de facción o partidos políticos sino que el amor a la patria brota del cuarto mandamiento de la ley de Dios que nos manda el respeto a los padres e incluye obligaciones con la patria y sus legítimas autoridades”.
Don Demetrio atribuyó los males que padecemos al apartamiento de Dios y de sus leyes.
"volvamos a Dios, que es el único que garantiza la fraternidad, el derecho de todos, también las peculiaridades de cada uno de los pueblos de España”, explicó.

 También el Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, Braulio Rodríguez Plaza, habló desde Guadalupe:
que "el amor y la solidaridad sean más fuertes en España, en toda su geografía", y que eso, según ha dicho, "sea más fuerte que separaciones estériles, penosas".
El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, ha sido el único purpurado español que ha salido públicamente en defensa de la Patria y de su Unidad:
“Cataluña no es sin España, ni España es sin Cataluña”
 “Somos muchos los que sentimos como una daga, de dolor intenso, clavada en lo más profundo de nuestras entrañas, por cuanto ha sido y sucedido este primero de octubre, en España, y dentro de ella, en la querida Cataluña”.
 Principios, afirmó, que no convocan a la fragmentación y a la división, sino a la unidad y a la integración, que no es imposición sobre alguien, “sino aceptación del bien común, del mejor bien para todos que es el bien común que afecta al conjunto, ese conjunto que somos como realidad y empresa común: España que no es sin Cataluña, y Cataluña que es España y no es sin ella”.
“Llevo muy dentro Cataluña, porque llevo muy dentro España”, afirmó, y destacó “la unidad de España como un bien moral”. “Negarlo es ir contra la verdad y contra Cataluña y la diversidad de pueblos, regiones, comunidades”, señaló.
En ese sentido, dijo que “por fidelidad a la verdad, y, por ello, para no traicionar el bien común que incluye el bien de las personas y su verdad, siento no poder justificar un pretendido derecho a decidir que no tiene en cuenta el bien común, precisamente porque desvertebra y debilita el conjunto que entraña el bien común y hace del sujeto que decide -sea individuo o colectividad- la fuente y base de comportamiento”.
El Arzobispo de Zaragoza, Monseñor Vicente Jiménez Zamora, también se ha manifestado públicamente en defensa de la Unidad de España:
“la Virgen del Pilar ha estado siempre presente en nuestros pueblos de Aragón, de España y de Hispanoamérica. Ahora desde el cielo “sigue siendo Abogada en nuestras necesidades materiales y espirituales. Nos ayuda a no dejarnos dominar por el miedo y la desesperanza, y nos anima como buena Madre a querernos como hermanos y a construir una sociedad en paz y unidad, más fraterna y solidaria; nos exhorta a vivir en la casa común, que es España, unidos por vínculos de fe, historia y proyecto común”.


San Agustín:

Ama siempre a tus prójimos,
Y más que a tus prójimos, a tus padres,
Y más que a tus padres, a tu Patria,
Y más que a tu Patria, ama a Dios.


Santo Tomás de Aquino:
 Suma Teológica (II-II, q.42, a.2). Si el «divorcio» se opone a la unidad del matrimonio y el «cisma» a la unidad de la Iglesia, el pecado que se denomina de «sedición» es el que se opone «a la unidad del pueblo, de la ciudad o del reino». Y añade el Aquinate que como «se opone a la justicia y al bien común, por eso la sedición es, por naturaleza, pecado mortal».
 Catecismo de la Iglesia Católica. En su punto 2199 se lee: “El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la más universal. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los abuelos y antepasados. Finalmente se extiende a los deberes de los alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los subordinados respecto a sus jefes, DE LOS CIUDADANOS RESPECTO A SU PATRIA, a los que la administran o la gobiernan”.
San Juan Pablo II:
  “Quiero referir a España el grito que desde Compostela dirigí a Europa: “Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes”. Así encontrarás tu historia vertebrada. Podrás superarla con la debida apertura hacia metas más altas. Podrás avanzar hacia los desafíos del futuro, con savia vital, con creatividad renovada, sin rupturas ni fricciones en los espíritus. A la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad, confío estas intenciones, España, sus pueblos y cada uno de sus hijos”.
 Pío XII:
  “España es hermosa, sí, en los mil dones con que la mano generosa del Creador la enriqueció (…) hermosa en sus sufrimientos, hermosa en sus empresas, hermosa en su historia. (…) España es mucho más hermosa en sus santos. Que nunca se apague esta llama en los pechos españoles, que viva y crezca este anhelo de santidad”.
León XIII:
"Por Ley Natural estamos obligados a amar especialmente y defender la sociedad en la que nacimos, de tal manera que todo buen ciudadano esté pronto a arrostrar aun la misma muerte por su Patria".

Marcelino Menéndez y Pelayo:
 »España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectores o de los reyes de taifas".
Marcelino Olaechea, Obispo de Pamplona y Arzobispo de Valencia:
"Mal católico sería el que, aun frecuentando la Iglesia y saboreando las dulzuras de la piedad,   se encerrase en una torre de marfil para no percibir el chirrido de las injusticias sociales, ni los ayes de la miseria, ni el rodar de las olas de inmoralidad; el que no sintiera ansia por la grandeza de la Patria que Dios le dio para mejor ir a Él".
Cardenal Gomá, Arzobispo de Toledo, Primado de España:

Ha sido el alma tártara, el genio del internacionalismo comunista el que ha suplantado el sentido cristiano de gran parte de nuestro pueblo y le ha lanzado con frenesí contra la España que, forjada en los Concilios Toledanos y robustecida en sus luchas contra los enemigos de su fe, había llegado hace tres siglos a las más altas cumbres a que puede aspirar una nación, y que aun conservaba la fragancia de sus esencias en el fondo del alma nacional.
Y, so pena de sucumbir sin remedio nuestra patria, ha debido llegar el momento del choque entre las dos Españas, que mejor diríamos de las dos civilizaciones; la de Rusia, que no es más que una forma de barbarie, y la cristiana, de la que España había sido en siglos pasados honra y prez e invicta defensora.

San Isidoro, en el siglo VI:

Loa a España
¡Oh, España! La más hermosa de todas las naciones que se extienden desde Occidente hasta la India. Tierra bendita y feliz, madre de príncipes y de pueblos.
    De ti reciben la luz el Oriente y el Occidente. Tú, honra y prez de todo el orbe; tú, el país más ilustre del globo.
    No hay en el mundo región mejor situada. Ni te abrasa el estío ni te hiela el rigor del invierno sino que, circundada por un clima templado, te nutren céfiros blandos. Cuánto hay de fecundo en los ejidos, de precioso en las minas y de provechoso en los animales, tú lo produces.
    Rica, por lo tanto, en hijos, joyas y púrpuras, fecunda también en gobernantes y en hombres que poseen el don de mandar, te muestras tan fecunda en adornar príncipes como feliz en producirlos. Con razón, ya hace mucho tiempo, te deseó la dorada Roma, cabeza de gentes, y, aunque vencedor, aquel empuje romano te desposara primero, luego, el muy floreciente pueblo de los godos, tras haber conseguido numerosas victorias, a su vez te tomó y te amó.

2 comentarios:

Movimiento Católico Español dijo...

Otro purpurado ha defendido la Unidad de España: El Cardenal Rouco

miriv dijo...

Hace años antes de recibir el sacerdocio o el episcopado se pedía o exigía al candidato por parte del prelado correspondiente o que presidía la celebración la proclamación pública del
JURAMENTO ANTI MODERNISTA. Ignoro quién y por que motivos se ha suprimido este juramento.

AGRADEZCO PÚBLICA CONTESTACIÓN o <a mi correo electrónico:mirivmiguel@gmail.com