Carta de José Luis Corral al Cardenal Cañizares
Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal
D. Antonio Cañizares Llovera,
Arzobispo de Valencia
Muy amado en Cristo:
He leído una nota del Arzobispado de Valencia publicada el
18 de Julio, Aniversario del Glorioso Alzamiento Nacional que liberó a la
Iglesia de la mayor persecución de su historia.
En esa nota se le presenta a V.E.R. como un conspicuo
demócrata, defensor de la misma y conspirador para su nefasto advenimiento.
Textualmente, dice así:
“Ante
todo debe quedar manifiestamente claro la defensa de la democracia del
Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, no ya en estos tiempos donde no puede
haber cuestionamiento posible, sino en los difíciles años de la transición
democrática, en la que fue testigo directo y actor de la labor que realizaron
tanto los hombres de Iglesia como los actores políticos del momento, en favor
de la conciliación de todos los españoles. Y por tanto, atendiendo a su
adhesión absoluta a los principios democráticos, es inadmisible generar ni una
sombra de duda sobre las convicciones democráticas del Arzobispo de Valencia.”
Lo dicho
vuelve a ser remachado al final de la nota:
“cualquier
información que ponga en duda la defensa de la Diócesis de Valencia de la
democracia, sólo puede ser malintencionada, y constituye una falsedad”.
En primer
lugar, decir que en estos tiempos no puede haber cuestionamiento posible de la
democracia es mentir, lisa y llanamente.
En segundo
lugar, esas mismas proposiciones fueron condenadas por San Pío X en la “Notre
Charge Apostolique”, dirigida al movimiento Le Sillón, si bien aquellos eran
seglares.
En tercer
lugar, V.E.R. no es sucesor de los Apóstoles y Sacerdote de Jesucristo para
postular la Democracia, sino el Evangelio.
En cuarto
lugar, V.E.R. se hace cómplice, con tales asertos, de la infinita muchedumbre
de males y pecados gravísimos que ha traído la democracia, entre ellos el
abominable crimen del aborto que se ha perpetrado legalmente en más de 2
millones de casos en España, de la peste del divorcio, de la apostasía del
Estado y de la sociedad, que están obligados a reconocer y confesar a
Jesucristo, como le oí decir a V.E.R. un 2 de enero en Granada. Además del
terrorismo impune, la división de nuestra Patria, la corrupción rampante, la
perversión de la niñez y de la juventud, la imposición de la ideología de
género, cuya denuncia le ha costado a V.E.R. no pocos disgustos e intentos de
denuncia. Y la delincuencia, la droga, el paro, la inseguridad, los suicidios,
el descenso dramático de la natalidad, la eutanasia encubierta, las blasfemias,
irreverencias y profanaciones sacrílegas. Sin olvidarnos de la supeditación al
Nuevo Orden Mundial, la invasión de las sectas y la invasión migratoria que
amenazan con provocar conflictos de proporciones apocalípticas. De todo
eso se hace responsable y cómplice V.E.R. al proclamarse fautor y defensor de
la democracia que padecemos.
Por todo
lo cual le manifiesto mi protesta, en mi nombre y en el de las asociaciones que
dirijo.
Respetuosamente,
José Luis Corral
Jefe Nacional
Del Movimiento Católico Español
y
De Acción Juvenil Española
Se puede escribir al Sr. Cardenal, siempre con respeto, a 'archivalencia@archivalencia.org'
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