Papa Francisco: ¿Saben cuál es la receta que hace de Ecuador un pueblo piadoso?
Por Eduardo Berdejo
ACI).-
En
un discurso espontáneo a los sacerdotes y religiosos, el Papa Francisco
destacó la profunda piedad religiosa que encontró en el pueblo
ecuatoriano y confesó que le preguntó a Jesús “varias veces” cuál era
“la receta”; y en oración descubrió que la receta fue la consagración
del país al Sagrado Corazón de Jesús y después al Corazón Inmaculado de
María.
“En estos dos días, 48 horas que estuve en contacto con ustedes, noté que había algo raro, perdón, algo raro en el pueblo ecuatoriano. Todos los lugares donde voy, siempre el recibimiento es alegre, contento, cordial, religioso, piadoso, en todo lado”, dijo el Papa desde el atrio del Santuario de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche.
Francisco destacó que los ecuatorianos piden la bendición “desde el más viejo hasta la wawa (como se llama a los niños pequeños en los pueblos andinos), que lo primero que aprende es hacer así (juntar las manos para rezar)”. Había algo distinto y “yo también tuve la tentación como el Obispo de Sucumbíos (Mons. Celmo Lazzari), de preguntar ¿cuál es la receta de este pueblo? ¿Cuál es?”.
Esto “me daba vuelta en la cabeza y rezaba. Le pregunté a Jesús varias veces en la oración, qué tiene este pueblo, de distinto”. “Esta mañana orando se me impuso aquella consagración al Sagrado Corazón. Pienso que se los debo decir, como un mensaje de Jesús”, expresó.
El Santo Padre dijo a los ecuatorianos que toda su riqueza espiritual, “de piedad, de profundidad, vienen de haber tenido la valentía -porque fueron momentos muy difíciles-, la valentía de consagrar la Nación al Corazón de Cristo, ese Corazón Divino y humano que nos quiere tanto y yo lo noto un poco con eso: divino y humano”.
Pocos años después llegó “la consagración al corazón de María. No olviden: Esa consagración es un hito en la historia del pueblo de Ecuador y de esa consagración siento como que le viene esa gracia que tienen ustedes, esa piedad, esa cosa que los hace distintos”, aseguró el Papa.
La historia de la consagración
Ecuador fue uno de los primeros países de América Latina en consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús.
Era 1873 y desde hacía tres años el Papa no tenía territorio reconocido luego que la unificación italiana terminase con los Estados Pontificios. En este contexto, el presidente de Ecuador, Gabriel García Moreno, decidió consagrar el país al Sagrado Corazón de Jesús como respaldo al Pontífice que pasaba por duros momentos.
Ya en su primer periodo como mandatario, García Moreno había firmado el Concordato con la Iglesia. Así, gracias a sus gestiones, el Congreso Nacional emitió el 31 de agosto de 1873 un decreto conciliar que afirma que “el mayor bien que puede gozar un pueblo es el de conservar pura la fe católica, apostólica y romana”.
En ese sentido, estableció que “se consagra la República de Ecuador al Santísimo Corazón de Jesús, declarándolo su Patrón y Protector”.
La consagración a nivel nacional se dio el 25 de marzo del año siguiente, ya para entonces los misioneros habían recorrido los pueblos para disponer el espíritu de los ecuatorianos. El presidente García Moreno, junto a su amigo el Padre Proaño, se encargó de los preparativos para la celebración en la capital del país.
En el 1892 el país fue también consagrado al Corazón Inmaculado de María.
QUITO, 08 Jul. 15 / 06:49 pm (“En estos dos días, 48 horas que estuve en contacto con ustedes, noté que había algo raro, perdón, algo raro en el pueblo ecuatoriano. Todos los lugares donde voy, siempre el recibimiento es alegre, contento, cordial, religioso, piadoso, en todo lado”, dijo el Papa desde el atrio del Santuario de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche.
Francisco destacó que los ecuatorianos piden la bendición “desde el más viejo hasta la wawa (como se llama a los niños pequeños en los pueblos andinos), que lo primero que aprende es hacer así (juntar las manos para rezar)”. Había algo distinto y “yo también tuve la tentación como el Obispo de Sucumbíos (Mons. Celmo Lazzari), de preguntar ¿cuál es la receta de este pueblo? ¿Cuál es?”.
Esto “me daba vuelta en la cabeza y rezaba. Le pregunté a Jesús varias veces en la oración, qué tiene este pueblo, de distinto”. “Esta mañana orando se me impuso aquella consagración al Sagrado Corazón. Pienso que se los debo decir, como un mensaje de Jesús”, expresó.
El Santo Padre dijo a los ecuatorianos que toda su riqueza espiritual, “de piedad, de profundidad, vienen de haber tenido la valentía -porque fueron momentos muy difíciles-, la valentía de consagrar la Nación al Corazón de Cristo, ese Corazón Divino y humano que nos quiere tanto y yo lo noto un poco con eso: divino y humano”.
Pocos años después llegó “la consagración al corazón de María. No olviden: Esa consagración es un hito en la historia del pueblo de Ecuador y de esa consagración siento como que le viene esa gracia que tienen ustedes, esa piedad, esa cosa que los hace distintos”, aseguró el Papa.
La historia de la consagración
Ecuador fue uno de los primeros países de América Latina en consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús.
Era 1873 y desde hacía tres años el Papa no tenía territorio reconocido luego que la unificación italiana terminase con los Estados Pontificios. En este contexto, el presidente de Ecuador, Gabriel García Moreno, decidió consagrar el país al Sagrado Corazón de Jesús como respaldo al Pontífice que pasaba por duros momentos.
Ya en su primer periodo como mandatario, García Moreno había firmado el Concordato con la Iglesia. Así, gracias a sus gestiones, el Congreso Nacional emitió el 31 de agosto de 1873 un decreto conciliar que afirma que “el mayor bien que puede gozar un pueblo es el de conservar pura la fe católica, apostólica y romana”.
En ese sentido, estableció que “se consagra la República de Ecuador al Santísimo Corazón de Jesús, declarándolo su Patrón y Protector”.
La consagración a nivel nacional se dio el 25 de marzo del año siguiente, ya para entonces los misioneros habían recorrido los pueblos para disponer el espíritu de los ecuatorianos. El presidente García Moreno, junto a su amigo el Padre Proaño, se encargó de los preparativos para la celebración en la capital del país.
En el 1892 el país fue también consagrado al Corazón Inmaculado de María.
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