La Santa Misa se ha celebrado según el venerable rito de San Pío V, como se hizo siempre antes de las reformas litúrgicas posconciliares. Este rito, plenamente reconocido por la Iglesia, nunca abolido, contrasta con el rito reformado en lengua vernácula, donde hay un predominio absoluto de la palabra hablada. En el rito antiguo sólo los ciegos están en cierta desventaja, pues forma un retablo magnífico donde el color, el gesto, las formas, el silencio, la lectura, el canto, la lengua sagrada y la lengua vulgar, se conjugan admirablemente para conseguir un espacio y un tiempo religiosamente sacro y culturalmente impactante. Quizá por eso lo prefieran mucha gente culta y muchos jóvenes inconformistas, inquietos y ávidos de gustar más y mejor las cosas de Dios.
La Capilla de Santiago Apóstol es modesta y no permite mucha cabida. Por eso se celebran 3 misas cada domingo. Pero este día estaba abarrotada por la Fiesta y por la presencia del nuevo Superior General de la Fraternidad, el Padre Davide Pagliarini. En su homilía se refirió a este Privilegio de la Santísima Virgen, Madre de Dios, donde la Victoria es anterior a la misma batalla, pues fue preservada del Pecado Original antes de la Redención misma. Ella, la criatura más excelsa, estaba en la mente de Dios antes de la creación del mundo. Ella tiene más mérito que todos los santos juntos, porque Ella, que recibió más que nadie, también dio más que nadie, se le exigió más que a nadie. En estos tiempos calamitosos, acojámonos a su Celestial protección.
La gente quedó en parte en la calle, a la entrada de la Capilla, sita en Catalina Suárez, 16.La procesión se abrió con el estandarte de la Inmaculada, niñas con vestidos de Primera Comunión y Damas Católicas.
El Padre Javier Utrilla, español, pronunció en la Misa su solemne compromiso con la Fraternidad.
Una banda de música interpretó a la perfección diversos himnos religiosos durante el recorrido por las calles del barrio.
Y mucha gente acompañó, de todas las edades, familias enteras, que suelen ser bastante numerosas.
Hasta volver otra vez a la Capilla, donde la Santísima Virgen fue despedida con el Himno Nacional, como salió.
Los sacerdotes portan casullas, dalmáticas y capas pluviales azules celestes, color litúrgico reservado para este día, aunque actualmente se puede emplear en otras festividades de la Virgen María. En la foto, el Padre Philippe Brunet, Superior de la Fraternidad en España y Portugal; el Padre Davide Plagliarini y el Padre José Ramón García Gallardo.
Los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X tienen potestad para perdonar en confesión incluso los pecados de aborto, según disposición del Papa Francisco. Y también pueden celebrar bodas canónicas, con comunicación al Obispado correspondiente.
1 comentario:
¡Cuanto deben aprender otros sacerdotes y fieles!
Gracias en nombre de la fé y de España
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